SALUTACIÓN TERCERA
Riámonos de la petulancia de The Times:
¡CARCAJADA!
Lo mismo va para los críticos amordazados,
tendrán su recompensa cuando los gusanos serpenteen en
sus órganos vitales;
estos son los que pusieron trabas a lo nuevo,
he aquí sus lápidas.
Apoyaron la mordaza y la argolla:
una pequeña CAJA NEGRA los alberga.
Y a ti también te pasará,
pequeño obstruccionista con vientre de furcia,
enemigo jurado de la libre expresión y las buenas letras,
eres un hongo, una continua gangrena.
Vamos, empecemos con las nuevas reglas,
acabemos de una vez con el celestinaje y los chanchullos,
escupamos a quienes dan palmaditas a los barrigones en
busca de provecho,
salgamos un poco al aire libre.
¿O tal vez me voy a morir con treinta años?
Tal vez tendréis el placer de profanar mi tumba de pobre;
espero que os divirtáis, os prometo toda mi colaboración.
Ya hace mucho que tenéis la costumbre
de quitar de en medio a los buenos escritores,
o bien los volvéis locos o bien guiñáis cuando se suicidan,
o bien les perdonáis sus drogas
y habláis de locura y de genio,
pero yo no me voy a volver loco para contentaros,
no os voy a favorecer con una muerte temprana,
oh, no, voy a aguantar el tipo,
sentiré vuestro odio serpenteando a mis pies
como un agradable cosquilleo,
digno de ser mirado con burla,
aunque la sospecha mueva a muchos,
y teman decir que os odian;
¿a qué saben mis botas?
Aquí tenéis el sabor de mis botas,
acariciadlas,
lamed el betún.
Ezra Pound
viernes, 26 de octubre de 2007
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