Cada mañana en el espejo
Suelo mirarte, antiguo compañero,
cada mañana de esta tierra al afeitarme
y me sucede a veces
que no te identifico a fondo. ¿Que mas da
descubrir un tormento en cada pelo
de la barba, una duda carnal
entre la boca y la nariz?
En cuanto al resto, quien podria
soportar sin piedad sus propios ojos.
Al grito de ¡impostor! empañoel vidrio,
para no coincidir, para borrar
esta muda retorica, esa trampa,
mi simulado doble.
Joaquin O. Giannuzzi
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