Noche en el restaurante
Un minero afeminado
se detonó los genitales
con dinamita en el baño
la gente y los gnomos gritaban
al mirar sus órganos mutilados
la agonía ensordecedora de sus grietas
el fuerte espanto su miedo uraño
el sufrimiento agudo de un hombre
la triste pena del daño.
Se desató.
Me ouse ketchup en el cuellito
simulando tres horrendas heridas
se me acercó la dulce mesera
me dio un besito de vida.
Montel Allanobert Q.
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