lunes, 9 de diciembre de 2013

Michael Houellebecq - Las partículas elementales (fragmento)

En los segundos que siguieron a ese primer beso, y a pesar de las afirmaciones de la revista, Annabelle se sintió terriblemente triste.  Algo nuevo y doloroso le invadía el  pecho muy deprisa.  Salió del Katmandú, negándose a que el chico la acompañara.  Mientras abría el antirrobo del mobilette, temblaba un poco.  Esa noche se había puesto su mejor vestido.  La casa de su hermano solo estaba a un kilómetro, apenas habían dado las once cuando llegó, todavía había luz en el salón.  Fue en esas circunstancias, una noche de julio de 1974, cuando Annabella accedió a la conciencia de dolorosa y definitiva de su 'existencia individual'.  La existencia individual, revelada al animal en forma de dolor físico, solo llega a las sociedades humanas a la plena consciencia de sí misma gracias a la 'mentira', con la que se puede confundir en la práctica. Hasta los 16 años no había tenido secretos para sus padres; tampoco los había tenido para con Michel, y ahora se daba cuenta de lo raro y valioso que eso resultaba.  Esa noche, en unas pocas horas, Annabelle se dio cuenta de que la vida de los hombres es una sucesión ininterrumpidas de mentiras.  A la vez, se dio cuenta de su belleza.

Michael Houellebecq -
Las partículas elementales (fragmento)

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