Comienzo a confundir el vaso con el cenicero
Entonces, no me queda más que beber como siempre he bebido,
camino al baño le diré a alguien que las palabras nos duelen.
Que es fácil ver las estrías que deja el tiempo.
Peumo e Lingue como dice un amigo que fue amigo.
Ves, no tengo a quien pasarle este cigarro que me consume,
mejor será recordar a alguna alumna poco exitosa pero protuberante.
Gritar a la salida del bar donde ya no atienden.
El taxista siempre tendrá la respuesta necesaria.
Las esquinas son el mejor dormitorio en este momento
si no estás a mi lado, y si estuvieras no te irías conmigo.
Entro donde las putas, me cuidan como el hijo que nunca cuidaron.
Malo es beber sin compañía, dijo un poeta que siempre bebía solo.
Yo sé que las magnolias aroman el pasto en algún bosque a lo lejos.
Ebrio no me interesan los mendigos que cojean a mi lado,
porque ya no soy el que fui o podría haber sido.
Con el afán de antes ya nunca más Faraón construyendo su tumba,
solo un argonauta flotando en el infinito de un rostro.
Solo un borracho más, perdido, ahogado por un cuello.
Sofocado por el lóbulo ardiente de una oreja.
Harry Vollmer
lunes, 3 de diciembre de 2007
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