Ejercicio de sombreo
A esta calle le vendría bien un poco de sombra
Y lo mismo va para ese niño
Que juega solo en el sol,
Que una sombra se dispare sobre él como un gatito negro.
Sus padres siempre sentados con las persianas abiertas.
La escalera al sótano
Ya casi no es usada
Excepto por un vagabundo ocasional.
Como un tropel de actores itinerantes ataviados para hacer Hamlet,
Las sombras nocturnas llegan.
Pasan sus días ocultas en los árboles
Fuera del palacio de justicia.
Ahora viene la parte difícil:
¿Qué hacer con las lápidas del camposanto?
Al sol no le importan las ambigüedades,
Pero a mí sí. Yo abro mi puerta y las dejo pasar
Charles Simic
miércoles, 5 de diciembre de 2007
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