lunes, 15 de octubre de 2007

Mi querida Mariel:


Ayer nos despedimos, era tarde. Yo me fui caminando por la calle oscura, detrás de los arbustos hay música rara e insectos de colores que viven en las hojas verdes. En todas partes existe la música -me dije. Todos tenemos en nuestro interior un distinto tipo de música: clásica, pop, experimental. Incluso la de algunos es una especie de chillido, un vaso que se quiebra. Ese tipo de chico soy yo. A veces me duermo en los paraderos y sueño que mis amigos me envían poemas de amor por Internet, yo también les escribo, les hago saber si algún rayo en stereo hiere o no la tranquilidad de mi puerta. Después llego a una casa enorme que no conozco, me saco las zapatillas para no despertar a sus habitantes y camino a tientas tan solo siguiendo el ritmo con mis dedos, sin darme cuenta que hay pequeños cristales en el piso que se me clavan y voy dejando un tibio rastro sonoro por donde camino.


Victor López

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